terça-feira, maio 02, 2017

Gente que Parece Só Saber Viver em Montras...

Eu sei que nem toda a gente quer ser feliz, por uma razão ou por outra.

Também sei que a felicidade às vezes é apenas um fogacho, e outras nem isso, continua muito mais perto das utopias que das realidades...

Realidades que às vezes são quase "macacas" e fazem com que algumas pessoas prefiram ficar a ver o mundo passar, na montra para onde se esgueiraram, disfarçados de manequins, com a cumplicidade dos outros.

(Fotografia de Luís Eme) 

2 comentários:

  1. Luís, um poema sobre esta "coisa" da felicidade:

    EL TRABAJO DE LA FELICIDAD


    Pensé en la felicidad, en cómo se teje a diario
    con el silencio de la casa vacía
    y en que no es súbita ni gratuita, sino
    una creación, como el crecimiento de un árbol.
    Nadie lo ve, pero detrás de la corteza
    crece otro círculo en los anillos que se expanden.
    Nadie oyó a la raíz cavar más hondo en lo oscuro,
    pero por ese trabajo hacia dentro el árbol se eleva,
    sus penachos brillan, y sus hojas destellan.

    Así, la felicidad se teje con la paz de las horas
    y hunde sus raíces en lo profundo de la casa sola:
    en el rincón, el busto antiguo; los frescos pisos encerados;
    blancas cortinas que ondulan suave y continuamente
    cuando libre se mueve el viento silencioso por el cuarto;
    una biblioteca, una mesa y la pared blanqueada—
    esos son los dioses de la casa, queridos y familiares,
    aquí el trabajo de la fe puede hacerse mejor
    y el árbol que crece es musical y verde.

    ¿Porque qué es la felicidad sino crecer en paz,
    el sentido atemporal del tiempo cuando los muebles
    pasaron toda una vida en el mismo lugar
    y los sueños viejos , así como el viento al moverse, agitan
    las hojas de la felicidad presente?
    Nadie oye una mente ni escucha un pensamiento
    pero donde alguien vivió en introspección
    el aire queda cargado de bendiciones y bendice,
    las ventanas miran a las montañas y las paredes son amables.

    May Sarton

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    1. Se há coisa que nos pode salvar é a poesia, Isabel. :)

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